Hasta ahora no había mucha documentación cinematográfica sobre el bertsolarismo. Tan solo Bertsolaris, poetas populares vascos, rodado en 1967 por Julio Caro Baroja, e Ikaska 18 (La técnica del bertsolari), de Antxon Eceiza, realizado en 1984. El director guipuzcoano Asier Altuna ha querido aportar su grano de arena y tratar este tema en el documental Bertsolari, trabajo que se presentó en Zinemaldi y que se estrenó ayer en salas comerciales.
La película, rodada en euskera, recoge escenas de la Bertsolari Txapelketa Nagusia de 2009, así como testimonios de arios bertsolaris y expertos en tradición oral para conocer un poco más de cerca esta disciplina. "Quería mostrar qué es el bertsolarismo de una manera muy simple, pensando en el espectador que no lo conoce. Creo que es un buen tema para una película porque tan solo con palabras y silencios consigue Henar estadios, emocionar, hacer reír y llorar", comenta Altuna.
La película, rodada en euskera, recoge escenas de la Bertsolari Txapelketa Nagusia de 2009, así como testimonios de arios bertsolaris y expertos en tradición oral para conocer un poco más de cerca esta disciplina. "Quería mostrar qué es el bertsolarismo de una manera muy simple, pensando en el espectador que no lo conoce. Creo que es un buen tema para una película porque tan solo con palabras y silencios consigue Henar estadios, emocionar, hacer reír y llorar", comenta Altuna.
- ¿Cómos urgió la idea de rodar este documental?
- Encontré el paralelismo entre el bertsolarismo y el cine. Se emplean muchas elipsis y metáforas, y quienes lo escuchan se van montando su propio cuento en la cabeza. Además aplicas lo que están cantado a ti mismo/a, tu realidad, y en el cine ocurre lo mismo, en un momento dado te identificas con el protagonista, sufres con él...
- ¿Qué le atrajo del bertsolarismo?
- Lo sencillo, silencioso y desnudo que es. Hay muchos que no conocen esta tradición, a pesar de estar en auge. Yo suelo andar mucho por Madrid y me da pena ver que mucha gente no conoce nada sobre este tema tan interesante y enriquecedor. Sobre todo en estos tiempos de espectacularidad y de crisis también, llama la atención cómo una cosa tan pequeña y tan sencilla puede llegar tanto.
-¿Y el cine es una buena herramienta para contado?
- Es un buen medio para hacer algo grande de algo pequeño.
-Este documental lo planteó como si de un bertso se tratara: improvisando y pensando primero el final.
-Intenté, igual que los bertsolaris, tener claro el final. Aunque a última hora, en el montaje, lo cambié, como siempre hacemos.
-¿Y no trastocó eso todo el guión?
-Creo que las cosas pueden cambiar, pero la idea inicial me sirvió para llevar un discurso. Además, tenía en mente llegar con todo el material de golpe y hacer el montaje rápido para que fuera parecido al proceso de echar un bertso: te dicen el tema, te llueven las ideas en la cabeza y lo sueltas. La intuición es la clave.
-El montador o opinará lo mismo...
-El montador, Laurent Dufreche, ha sido una persona clave en este proceso. Un día antes de entregar en Zinemaldi el DVD para que lo visionar y decidieran si les gustaba o no para el festival le pedí un cambio radical y casi se me mata. Ha sido un proceso muy intenso y satisfactorio. Quizá con dos semanas más de montaje hubiera quedado más afinado, pero hubiera perdido frescura. Se asemeja a echar un bertso que es lo que yo quería.
-¿Fue complicado resumir en 90 minutos toda una tradición?
-Es un tema tan amplio que al principio tenía mucho miedo, no sabía por dónde tirar. Recuerdo que me decían que tenía que hacer mi propia película, como yo vengo de la ficción y el guión es 1o que más me gusta para monta urna historia necesitaba un protagonista, un antagonista y un conflicto en la final de la Bertsolari Txapelketa Nagusia de 2009, que era el suceso donde el protagonista (Andoni Egaña)s e iba a enfrentar al antagonista para ganar o perder. M i apuesta era esa, pero de repente mi protagonista falló en la final porque no ganó, que era lo que yo esperaba.
-¿Pensó en algún momento en dejar el proyecto?
- Para nada. Aunque tuve que cambiare l planteamiento, con las primeras imágenes que grabé hicimos un trailer que nos permitió conseguir financiación y además me dio seguridad y me hizo darme cuenta de que tenía un tema muy interesante con el que podía llegar a emocionar. Vera gente llorar con el trailer me dio actitud para seguir adelante.
-Dice que ha visto, y también lo muestra en el documental, gente llorar al escuchar un bertso, ¿Ha querido romper el tópico de que los vascos son fríos y no se emocionan?
-Los tópicos son para romperlos. Creo que los vascos, como todo el mundo, también se emocionan y lloran. He visto llorar a mucha gente en las finales y precisamente quería coger esas imágenes, pero la gente disimula mucho. Hay más o menos reacios a mostrarse en público, pero yo creo que emotivos somos todos.
-Aquella final de 2009 fue muy especial: Andoni Egaña anunció su retirada, ganó por primera vez una mujer, Maialen Lujambio.. ¿un momento histórico?
-Sí, fue un momento muy especial. Al principio, cuando vi que Andoni Egaña no pasaba a la final, estaba un poco decepcionado porque había fallado mi héroe en esta película, pero mi equipo me insistía en que me fijara en que era un momento histórico porque había ganado Maialen.
-Aquella final reunió a 14.000 personas en el BEC. ¿Por qué atrae el bertsolarismo?
-Porque tiene un poco de todo. Para los euskaldunes tiene algo de rito, les gusta juntarse, sentirse parte de un colectivo. Además en las finales sobre todo, se dan momentos muy especiales porque el bertso tiene el atractivo de que te puede llegar muy adentro. Y también está el trabajo de la Bertsozale Elkartea, que durante muchos años se ha encargado de transmitir esta tradición oral que se podía haber quedado en algo rural, folklórico y muy de cuatro. También es interesante cómo ha logrado llegar a diferentes generaciones. Es un acto social que abarca a todo tipo de géneros y edades. Es una actividad poética que de primeras no tiene nada atractivo para un chaval de 20 años, pero se ha demostrado que si. La final se ha convertido en un día bonito al que no se puede fallar.
-¿Qué relación tiene usted con el bertsolarismo ha probado alguna vez?
-Yo soy un bertsolari de borrachera. Mi hermano es bertsolari aficionado y siempre hemos picoteado un poco. Lo que más me gustan son los bertsos espontáneos, esos que salen en las barras. Además esta tradición ha sabido evolucionar, no ha puesto problemas a que ganara la txapela una mujer algo que no ocurre con el Alarde, por ejemplo. Lo del Alarde es tan absurdo que no sé ni cómo se sigue hablando del tema. Me parece surrealista. Yo creo que el bertsolarismo va por delante de todo, de la sociedad misma.
En muy pocas disciplinas o actividades aceptaríamos de una manera natural que una mujer fuera la campeona. Creo que representa la igualdad. No es una cuestión de género, sino de. persona.
-¿Qué puede aprender la sociedad del bertsolarismo?
-Un día estaba viendo El conquistador del Aconcagua y no me podía creer cómo los participantes estaban dándose puñaladas en un sitio como la montaña, un lugar que es solidario, o al menos es lo que yo pienso. Lo importante no es subir, sino el viaje. Creo que no puede haber en la tele programas en los que se fomente eso. El bertsolarismo representa lo contrario, fomenta otro tipo de valores súper importantes: la igualdad, la solidaridad... Demuestra que se puede funcionar de otra manera y de forma elegante.
-¿Cree que funcionará bien fuera de Euskal Herria?
-Sí, pero si ya es difícil que la gente vaya al cine, lo es más que se acerquen a ver Bertsolari porque hay mucha oferta y esta es una peli pequeña, no tenemos grandes medios para hacer publicidad. Pero quienes la vean van a flipar; se ve fácil y te llega. Además el haber estado en la Sección Oficial del Festival de Cine de Donostla nos ha abierto puertas a nivel internacional.
- Se acaba de estrenar y queda por ver la respuesta del público. Pero, ¿qué opinión tienen los bertsolaris que han participado?
- Ahora soy como un pequeño dios entre ellos (risas). Me han dicho que menuda carta de presentación les he hecho. Incluso me hablan de regalo. Por cierto, Bertsolari termina con una imagen espectacular: una playa con cientos de palabras escritas sobre la arena.
-¿Una escena complicada?
-Fue en Zarautz y un poco improvisada Dos personas se encargaron de escribir las palabras y tuvimos que hacer un especie de alpargatas grandes con corcho para no dejar las huellas. Si que tuvimos alguna complicación con la marea porque sin terminar de scribir todas las palabras empezó a subir el agua y a borrar algunas. Además queríamos esperar el momento en que mejor luz hay.., es una lucha de elementos.
-Repasando su trayectoria, se forjó haciendo cortos, después llegó el largo Aupa Etxebeste! y ahora un documental. ¿Qué será lo próximo?
- Lo siguiente creo que será una instalación relacionada con el corto que hice en 2009 Artalde. Además tengo una idea para un corto sobre un poema de Oteiza. Pero eso son caprichitos. También tengo dos películas escritas... No sé por dónde empezaré.
-Ha trabajado mucho junto a Telmo Esnal, pero ahora ambos e han lanzado en solitario. ¿Qué tal la experiencia?
-Ha sido un reto que los dos queríamos vivir. No es que nos hayamos enfadado ni nada por el estilo. Para este documental, por ejemplo, me ha dado muchos consejos y si se da el caso seguiré rodando con él. Iremos por donde la vida nos lleve. Además, ha sido muy bonito que los dos hayamos presentado a la vez nuestras películas en solitario en Zinemaldi.
-¿Se puede vivir del cine en EuskalHerria? - Por seurte, desde hace años yo vivo de esto, pero es muy complicado aquí o en cualquier otro lado. Es difícil sacar adelante proyectos, estamos en crisis y parece que la cultura es secundaria. Espero seguir viviendo del cine, me encantaría, pero no lo veo muy claro sabiendo cómo está todo alrededor: se están cerrando empresas, la gente no tiene trabajo.